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M.A.S.H.

Comedia. Drama. Bélico M.A.S.H. narra las aventuras de dos cirujanos del ejército destinados a una unidad móvil médica en Corea durante la guerra. Tanto ellos como su equipo de enfermeras se toman el trabajo muy en serio pero, en su tiempo libre, las bromas constantes y la ironía hacen más llevadera la situación. (FILMAFFINITY)
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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
19 de junio de 2013
33 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
De pequeño la ví. Fue uno de esos errores que se comenten a los diez años cuando no se sabe lo que se hace. Es posible que esperase una película de guerra sin más, con tiros y heridos, con honor y compañerismo, con salvajadas y cacicadas. Por eso no la entendí, ni la serie tampoco.

Pasados veinticinco años ya puedo decir que la entiendo y me repugna. Una cosa es ver a Donald Sutherland haciendo el cafre con un Sherman pero manteniendo un poco la cordura por obra y gracia de Clint Eastwood, pero MASH es una babosada que califican de sátira y que no me hace ni chispa de gracia. He visto a muchos tíos cafres, idiotas, palurdos y necios, pero pocos del nivel de los personajes de MASH. Tan transgresora es, que de machista sobrepasa a cualquier película rodada treinta años antes como "Caravana de Mujeres". Hubiese sido divertido que en algún momento de la película los coreanos hiciesen algo de provecho, como dejar caer un bombardeo de bolsas con cacas de vaca encima del campamento donde estos supuestos cirujanos se encargan de hacer el estúpido con un bisturí en una mano y sus genitales en la otra. Es como si José Mota decidiese hacer un largometraje sobre la Guerra Civil y todos le riesen la gracia. Dura tanto y me resultan todos tan odiosos que echo de menos algún atisbo de justicia divina que les provoque una epidemia de gonorrea necrosante que cause una amputación genital generalizada que los devuelva a su casa, para que puedan cuidar de ellos sus familias y se pueda conseguir cierta reintegración social. Como no ocurre en ningún momento, los odio. Odio MASH, odio a Altman y odio las películas grasientas, pseudoguarrillas y de adultos en pleno fervor adolescente. Agh, muerte.
SunshineReactor
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7 de febrero de 2007
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Éstas eran algunas de las palabras exactas de la archifamosa sintonía de Johnny Mandel a la que sorprendentemente puso letra Mike Altman, el hijo de 14 años del extraordinario cineasta de esta estupenda comedia de humor negro en tono satírico, Robert Altman, titulándola "Suicide is painless (El suicidio es indoloro)", de la cual posteriormente se vanaglorió la posterior serie para tv (1972 -1983) con Alan Alda en el papel protagonista del capitán 'Hawkeye' Pierce y Wayne Rogers en el otro papel protagonista de John McIntyre alias "Trapero".

Basada en la novela "M*A*S*H: A Novel About Three Army Doctors(1968)" del cirujano y escritor norteamericano Richard Hooker, a la que posteriormente seguirían secuelas como "M*A*S*H Goes to Maine (1972)" y M*A*S*H Mania (1977)", y para la cual Hooker se sirvió de sus propias experiencias como cirujano en una unidad M*A*S*H (literalmente Mobile Army Surgical Hospital, traducido al castellano como Hospital Quirúrgico Móbil del Ejército) durante la guerra de Corea (1950-1953), sólo que el guionista de la película, Ring Lardner Jr., varió de forma considerable la trama, fundamentalmete y según palabras del propio Altman, "porque la novela contenía ciertas dosis de racismo recalcitrante".

Además, Altman evitó curiosamente demasiadas referencias a Corea, si exceptuamos la intro de las famosas citas de sendos personajes relevantes de aquella famosa contienda, el general Douglas MacArthur y aquel famoso "Iré a Corea" de Dwight D. Eisenhower, y ello para aprovechar la coyuntura de la coetánea guerra del Vietnam, y que la gente pudiera así sentirse más identificada con el asunto.

En todo momento Altman hizo gala de su particular impronta; el uso excesivo del zoom y lo vertiginoso de unos diálogos excesivamente corrosivos que se solapan unos a otros, mezclándose con imágenes de vísceras sangrantes rayando en lo gore, incomodando seguramente la sensibilidad de gente con personalidad similar a la de la mayor Margaret "Labio Ardientes" O'Houlihan, ó el mojigato mayor Frank Burns.

Todo un poema surrealista y corrosivo en mitad de una guerra que a pesar de todo asolaba de cadáveres el frente, en contraste y ya en la vida real, con un rodaje que fue de todo menos dramático, ya que según cuenta la leyenda, los ácidos lisérgicos y demás drogas alucinógenas tan de moda en aquella época del LSD, hicieron estragos durante el rodaje y donde además y como dato curioso, las estadísticas oficiales contabilizan como la primera película en introducir de manera reiterada en sus diálogos la palabra "fuck(joder)".

Seguramente que el dr House debe mucho a estos magníficos personajes como el capitán 'Hawkeye' Pierce (Donald Sutherland) y el capitán John McIntyre (Elliot Gould).

El suicidio es indoloro...tal vez, pero esta película seguro que no te dejará indiferente. O la odias ó la amas, no hay término medio.

E M B L É M A T I C A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
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16 de mayo de 2011
29 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué ganas tenía de ver esta película! Mi familia y amigos no se podían creer que no hubiera visto M.A.S.H. con lo adicto que soy al cine. Además, mis expectativas aumentaban al saber que se había realizado una serie de televisión debido al enorme éxito que tuvo la película.
Llegué una tarde a casa agotado del trabajo, y me apetecía ver algo divertido. Me puse a investigar entre mis dvd y... alehop! Aparece M.A.S.H. En ese momento pienso: "yo creo que ya va siendo hora de que vea este clásico que dirigió el magistral Robert Altman, y en el que actúan muchos actores que admiro".
Cogí el dvd, me tumbé en mi sofá y le di al play. A los 10 minutos me empecé a preocupar. Empiezo a intuir escenas graciosas, pero yo no me río. Pasan otros 10 minutos, y madre mía la cosa empieza a ser alarmante. No es solo que no me esté riendo, es que me parece un plomo de película y de historia.
Mientras está la película en marcha entro en filmaffinity y compruebo si efectivamente es la película que he escogido. Sorpresa: sí lo es. Sorpresa mayúscula: Un 7'2 de nota. Planteamiento: Aquí hay algo que no funciona, la película es infumable.
Sigue adelante la historia y de repente me acuerdo que tengo que cocer patatas para la cena. Así que mientras la veo pelo las patatas. Así por lo menos saco algo de partido al tiempo.
Termina la película. Me quedo anodado de la opinión de la gente, de los innumerables premios que ha recibo y de su fama. Sin duda el equivocado tengo que ser yo. Pero como me interesa mi opinión; pienso que es un tostón de película.
En fin, película totalmente insufrible que solo merece la pena por la escena del partido de rugby. Único momento en el que me divertí un poco. Por lo demás es una de las mayores decepciones que me he llevado con el cine.
icaro_81
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20 de diciembre de 2011
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
M*A*S*H es la satirización de la guerra, exactamente la estadounidense en Corea, escenificada de forma magistral, que hace las delicias del espectador más reacio.

La película nos relata la vida de unos médicos estadounidenses, reclutados a la fuerza, que deben prestar sus servicios en la guerra de Corea, y sus aventuras y desventuras durante su estancia.

El guión es sobresaliente, ya que de forma lineal, los protagonistas son introducidos situaciones tan inverosímiles y graciosas, que no puedes hacer otra cosa que reír, y aunque uno sabe que es imposible, pero agradece que algo tan serio como es el ejercito, sea satirizado hasta el punto de convertirlo, en un chiste en toda su jerarquía, siempre con orden, demostrando que el cine puede traspasar barreras que ningún otro medio es capaz.

Actuaciones, tremendas y ejemplares, por parte de casi todos los actores principales, cada uno con su carácter bien definido, que engancha al espectador desde el principio, y sino engancha lo odia, pero siempre con buen “rollito”.

En definitiva, una delicia de película, que divierte y fomenta la carcajada placentera.
Ranxomare
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21 de febrero de 2009
40 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque todavía no habíamos enunciado el Teorema de los Callos (que dice que todas las pelis interpretadas exclusivamente por actores feos son buenas), parece que Robert Altman ya lo intuía y quería que todos los actores de M*A*S*H fuesen poco agraciados físicamente y a los peces gordos les costó un huevo convencerle de que el papel de Enfermera Jefe fuese para Sally Kellerman. Era demasiado guapa para estar en el frente, estropearía la atmósfera.

Al final, tal y como suele pasar con las guapas, Altman cedió y Kellerman se quedó, y, ya que tenían una sexy bomb, rodaron una memorable escena en la que, tras apostar si su rubio es natural o teñido, los cirujanos le tienden una emboscada que consiste en sentar a todo el personal del campamento frente a las duchas de las chicas como si estuviesen al cine y de repente levantar la lona que las cubre para que no quedase ninguna duda sobre cual es el color natural del felpudo de la Enfermera Jefe y poder cobrar las apuestas.
Cuando la lona se levantaba, ella tenía que sorpenderse, constatar la imposibilidad de cubrirse con nada y lanzarse de barriga al suelo para dificultar la exploración ocular de su voluptuosa anatomía.
El problema es que Kellerman se ponía nerviosa y se tiraba al suelo antes de hora, cuando la lona todavía estaba en su sitio.
Pero Altman era joven y era un crack, todavía no había hecho películas tan aburridas como algunas de las que haría luego, y supuraba recursos creativos por todos los poros. Lo que hizo fue entrar por sorpresa en las duchas con Gary Burhoff mientras se rodaba la escena y bajarse los pantalones, de manera que cuando se levantó la lona Kellerman estaba distraída por la inesperada visión de los pitos del director y de uno de los actores, y tardó unos instantes a lanzarse al suelo y la escena quedó realista.
Según quién cuenta la anécdota, se rumorea que había todavía más señores con la polla al aire, pero seguramente esos ya lo hacían por vicio y no en busca del virtuosismo interpretativo de tan bella dama.

Y bueno, toda la peli es un cúmulo de trastadas así, desde luego que los cirujanos del Mobile Army Surgical Hospital no son el modelo de conducta que yo quiero para mis hijos, pero tras ver la peli me quedó muy claro que yo de mayor quería ser como ellos.
Porque quizá son feos, pero son muy simpáticos. Y sobreviven en el frente americano de la Guerra de Korea (Altman intentó evitar referencias geográficas explícitas para que pareciese que estaban en el Vietnam, pero también en esto le cortaron las alas) y hacen lo posible para disfrutar de la vida en tan desafortunado contexto, beben más, ríen más y mojan más el churro que la mayoría de civiles en tiempos de paz. Son unos frívolos y unos gamberros y, sin embargo son también unos buenos profesionales que saben hacer su trabajo. Poca gente así me he encontrado yo en a lo largo de mi carrera profesional.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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