A pesar de saber que le iban a llover piedras de todas partes, Loach se arriesgó a dar su visión personal del IRA. Convirtió a estos "terroristas" en personas humanas y se llevó gracias a ello la merecidísima Palma de Oro en Cannes.

Habrá quien diga que es un jodido terrorista pro-IRA. Yo digo que es un cineasta valiente que, a pesar también de lo que se diga, no pierde fuelle. El Viento que Agita la Cebada es tan política como humana. Se respira cine puro en sus venas, tanto en el primer aspecto como en el segundo.

Cunningham y Murphy son dos actorazos que nos desgarrarán el alma. Si el final no os deja pegados a la butaca durante cinco minutos, id al médico, porque estáis enfermos.