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Spain Spain · Madrid, Jaca
jaly rating:
7
Drama Obsessed with finding a truly original mathematical idea, the brilliant student John Forbes Nash (Russell Crowe) arrives at Princeton in 1947 for graduate study – as an outsider, a loner, a bit of an oddity. In a bar one night with his peers and contemplating a group of girls led by a tall blonde, the kernel of his theory on the mathematics of competition bursts forth. In contradiction of the eminent Adam Smith, Nash nonethless sticks ... [+]
Language of the review:
  • es
November 4, 2009
8 of 9 users found this review helpful
Cuando asistí a la proyección de Una mente maravillosa me parecía estar ante una pieza cinematográfica de los años 50. Su trabajo de época en cuanto a vestuario, decorados, colores, diseño de producción... son tan embriagadoramente exactos que uno no puede más que rendirse ante tal pulcritud. Pero también me pareció una película digna de los años 50 en el modo en que trataba muchos de sus temas. Es decir, en como obviaba los problemas menos políticamente correctos, en cómo priorizaba en el amor (preferiblemente marital), en contra de otra clase de relaciones, en como, en fin, no se implicaba con la historia real de los hechos descritos en pantalla, sin tratar de adornar con moralidad y buenos sentimientos, lo que en realidad era una aciaga historia de soledades, adicciones y conceptos muy lejanos al American Way of Life.

Pero con Ron Howard en el timón del proyecto uno ya debería saber que esperarse. Un drama romántico y familiar con final feliz, muchas lágrimas, y mucho moralismo. Eso es lo que da Una mente maravillosa, pudiendo haber dado una historia, posiblemente mucho más compleja, y con ello más interesante, duradera, menos ingenua. Aunque sería injusto no defender la labor de Howard como narrador. Su dramatismo es compacto, consigue resolver muchos problemas de planteamiento de una manera elegante, bella y apasionante (como las alucinaciones de Nash o cada vez que este establece pautas y fórmulas matemáticas.

¿Es Una mente maravillosa una película merecedora de cuatro Oscar principales? No. ¿Es una adaptación fiel de la dura realidad? No. ¿Es una mala película? Tampoco.

Y si no lo es, aparte de por lo expuesto, es porque contiene unas interpretaciones más allá de la perfección. Harris, Bettany y Plummer son tres actores secundarios capaces de implicarse y poner un peso en sus intervenciones como si fuesen las estrellas. Los tres conmueven e inquietan de manera sorprendente.

Y Crowe y Connelly van más allá de todo trabajo de método, su transformación corporal y su relación emocional, plausibles como la seda a lo largo de todo el metraje, alimentan dos composiciones duras y cargadas de matices y miradas, con emociones y vivencias de los personajes arraigadas en lo más profundo de sus ser, en lo más profundo de su amor. Sus escenas juntos se convierten en las grandes joyas de esta mente maravillosa.
jaly
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