Primera mitad brillante, con un ritmo sensacional y al grano. Un asesino serial se carga a víctimas que sobre el papel no tienen nada en común. Lo que lleva a la poli a buscar a un viejo psíquico paranormal que predice o percibe eventos en el futuro. Detrás del asesinato de estas personas hay un poderoso ser que tiene una misión: reducir el sufrimiento de los infelices. Esto desata una lucha entre ambos mentalistas.
La segunda mitad decae un poco, en especial porque es altamente predecible el desenlace. Las actuaciones no aportan nada, Hopkins haciendo de Hopkins, y Farrell de Farrell. Nada nuevo. El final es lo peor de la cinta, muchas veces visto en las pelis de Hollywood.Lo mejor la intriga de la primera media hora, te hace recordar a Seven.
Spoiler:
Vaya manía de los directores yanquis de culminar sus pelis en el metro.