Me identifiqué mucho con el personaje gordito y lisiado de la película, ya que como él colecciono muñecos y tengo menos vida social que una ostra, aunque ya me gustaría pasármelo bomba con una amiga tan despampanante como Charlize Theron (ahí Diablo Cody ha pecado de narrar algo inverosímil, porque la bella no le daría ni la hora a la bestia por muchos años que pasasen). El cine independiente se parece mucho entre sí, todas las películas del estilo narran la mismas cosas intrascendentes, pero en este caso por lo menos se me hizo corta la hora y media que dura, seguramente porque Charlize es muy buena actriz, y por los diálogos irónicos. También es verdad que la vida que lleva la protagonista es sumamente envidiable, lo tiene casi todo, y aun así se queja de ser miserable, cosa que el resto de personajes le intenta hacer entender una y otra vez. Tan anclado está el personaje en los ochenta y noventa que sigue escuchando cassettes en vez de cd’s (¿los Minis de hoy en día todavía traen reproductor de cintas?), pero hay que reconocerle su buen gusto musical. Y también es verdad que todo tiempo pasado fue mejor.