La historia es injusta, eso ya lo sabemos. También lo es la historia del Cine. Los que accedimos a la cinefilia con la llegada de la Nouvelle Vague en el 58, por mimetismo, chauvinismo e ignorancia asumimos los postulados de aquellos nuevos muchachos que accedían a la primera página del cine francés: Los Chabrol, Godard, Truffaut, Rivette, Rohmer (no tan muchacho) y acompañados por cineastas como Resnais o Malle que emergían en esos mismos momentos.

Denostaban el cine que ellos denominaban "de'qualité française", proponían una nueva mirada. Como siempre, también en la política, reclamaban un lugar: "ahora me toca a mi". Es cierto que hay obras que fueron importantes pero algunas han fenecido, por muerte natural y otras se mantienen como un salto de renovación cinematográfica, por mas que las mayoría de aquellos autores hicieron luego un cine tan "de qualité", como sus ancestros.

Estas lineas son para reivindicar , nuevamente, autores como Duvivier que con mas de sesenta guiones y setenta y tantos films hizo algunos memorables como "Pepe le moko", "Un carnet de bal" y otros muchos.

Este señor que llevaba haciendo cine desde 1919, en el año 1952 realizó una obra "revolucionaria" con una libertad y eliminación de los límites convencionales de una historia contada en un film: "La Fête a Henriette". Unos guionistas tienen que improvisar un guion y van contando las escenas, que se van representando en el film, cambiando cuando creen llegar a un callejón sin salida y enfocando el posible guión dentro de otras perspectivas. Todo ello acaece en la fiesta del "14 de julio", fiesta de Santa Henriette, mientras las gentes bailan por las calles celebrando su fiesta nacional. Seguro que les suena el argumento ya que manteniendo la estructura y algunas anécdotas en 1966 Richard Quine rodó "Paris When It Sizzles" (Encuentro en París). Confieso que siempre fui un admirador de este film, por la libertad caótica que mostraba y la química entre William Holden y la maravillosa Audrey Hepburn. Lo que no sabía era que era un "remake" de este film de Duvivier.

Era el año 1952, años antes de que Louis Malle rodara en 1960, otra maravilla ," Zazie dans le métro ", basada en la novela de Raymond Quenaeau con la que tiene muchas concomitancias y años antes de la aparición de la "Nouvelle Vague" y del film "Paris nous appartient " de Rivette.

La reivindicación no viene dada por la originalidad y ruptura de los convencionalismos cinematográficos, sino por una puesta en escena exquisita, roda en lugares, algunos inverosímiles, del Paris de 1950. Planos y secuencias de una libertad y belleza increíbles hoy recuperadas en la restauración en 4K de un film "casi desconocido", que nunca se estrenó en los EEUU ni en España. También un argumento muy libre en cuanto a la descripción de las relaciones amorosas e imágenes difícilmente admisibles en la España de la época.
Ni siquiera en filmaffinity, hay ninguna reseña ni calificación. Es un descubrimiento a guardar celosamente en la cinemateca de cualquier cinéfilo.

Esta crítica no pretende ser una descalificación de la "Nouvelle Vague"., muy importante en la historia del cine moderno, con obras que quedarán en la Historia del Cine, aunque debería hacerse el desbroce del grano de la paja. Sólo pretende reivindicar a directores franceses que fueron repudiados por la juventud iconoclasta de algunos partícipes de ese movimiento que por derecho quedarán en la Historia.