Phileas Fogg es un caballero inglés que es arrastrado al desafío de dar la vuelta al mundo en 80 días. Parece improbable que este personaje, el cual nunca ha salido de su tierra, sea capaz de desenvolverse en los distintos países que deben cruzar. Por suerte tiene la inestimable ayuda de su criado Passepartout.
No es la primera vez ni la última que una película de Julio Verne será llevada a la gran pantalla. En esta ocasión lo que tenemos es una adaptación muy libre de su novela La vuelta al mundo en 80 días. Pues aunque mantiene los nombres y la premisa de poner a Phileas Fogg en una apretada apuesta por dar la vuelta al mundo en 80 días, trastocará la historia. Convirtiéndola en un vehículo para el lucimiento de Jackie Chan, en detrimento del papel de Phileas Fogg.
La película trata de ser una cinta de aventuras muy a la antigua usanza, con diversión y risas para todas las edades. El peligro de tener una historia tan conocida y cambiarla es que el resultado no funcione. Hay que reconocer el buen trabajo de Jackie Chan, pues con sus cómicas acrobacias salva en bastantes ocasiones la escena convirtiéndola de lenta a soportable. Por desgracia también es el responsable de generar el problema que plaga la película, porque al girar en gran medida la historia alrededor suyo, trastocamos el desarrollo, haciendo que sea casi más importante llegar a China que volver a Inglaterra. Esto es claramente un error, fallo del guión que solo enturbia la historia, entorpeciéndola para el espectador.
El director quería contar un relato distinto, lástima que en muchas ocasiones sus planteamientos no funcionen. La verdad es que te pasas mucho tiempo esperando que la película mejore, pero esas expectativas no llegan a cuajar, porque aunque divertida, la cinta tiene poco que ofrecer. Cuenta con una clara orientación de producto Disney o más claramente para críos, pero en su conjunto las escenas suelen ser demasiado torpes hasta para fascinar a niños.
Los personajes han sido cambiados para acoplar a Jackie Chan, haciendo que el antes seguro y valiente Phileas Fogg, ahora sea un vacilante y patoso inventor. Siendo Passepartout ahora el firme y decidido. Al menos la interpretación de Steve Coogan es correcta, aunque su personaje ha sido convertido hasta dar pena. Jackie Chan, aun con su edad, muestra que todavía está en forma. No decepcionará a quien vea la película por sus movimientos y acrobacias. Encontraremos cameos con los que se trata de añadir color y salvar la cinta como los de los hermanos Wilson, Arnold Schwarzenegger o Rob Schneider. Solo lo consiguen a medias, pues poco se puede hacer cuando tienes escasamente unos momentos en pantalla.
La película no es un completo fracaso, aunque en la taquilla sí lo fue. Es demasiado infantil para que un adulto la pueda disfrutar, aunque si desconectas parte de tú cerebro es medianamente soportable y hasta puede que te consiga hacer reír un par de veces.