Click here to copy URL
Spain Spain · Valencia
Carorpar rating:
6
Drama. War. Adventure During the Punic Wars in the third century B.C. the little girl Cabiria, and her nurse Croessa, are abducted during the confusion caused by an eruption of Mount Etna. Cabiria is sold in Carthage to be sacrificed in the temple of Moloch. Fulvio Axilla, a Roman spy, and his slave, Maciste, rescue her and she ends up in the care of Queen Sophonisba. Ten years later, after many wars and alliances, Carthage falls to the Romans and Cabiria returns home with Fulvio. [+]
Language of the review:
  • es
February 22, 2019
Be the first one to rate this review!
Mal que pese a tanto “gourmet” de ceño fruncido y nariz arrugada —por cierto que a sueldo la mayoría— , el cine es (también) un fenómeno de masas. Por eso, casi desde sus inicios, la superproducción constituye una de sus plasmaciones más populares y, por ende, representativas. Dicha categoría alberga a su vez un variopinto ramillete de subgéneros, por encima de los cuales destacó el “peplum”—cierto que, salvo repuntes ocasionales, hace ya décadas que amenaza con la extinción—, reconstrucciones de la antigüedad donde se derrochaban medios sin que el rigor histórico importase demasiado y que portaban las ilustrativas etiquetas de “mammoth” (mamut) en Estados Unidos y “kolossal” en Europa.
Sin ser la primera —la primitiva cinematografía italiana es pródiga en este tipo de cintas—, “Cabiria” da carta de naturaleza a ambos, el “peplum” y la superproducción, erigiéndose en uno de los títulos más influyentes no sólo de su tiempo, sino de la historia del cine toda. No en vano, condujo a que un fascinado D. W. Griffith ampliase su relato de corte social-realista “La madre y la ley”, insertándolo en la mucho más —quizá en exceso— ambiciosa “Intolerancia” (“Intolerance”, 1916). La película de Pastrone consolida los motivos característicos de aquel tipo de filmes, a saber: manadas de extras, monumentalidad de cartón piedra y una subtrama melodramática que dote de interés añadido a la, de otro modo un tanto fría, recreación de los hechos. A ello se suma una innovación técnica fundamental que cabe atribuir a un español a quien, como suele suceder en este país —“trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín”— no se ha dado la relevancia que merece. En efecto, por medio de un suave “travelling” de su invención, nuestro pionero Segundo de Chomón pone en movimiento una cámara hasta entonces anclada al suelo, aportando la tridimensionalidad que permite al cine superar su pobre condición original de teatro filmado.
En “Cabiria” nace también el personaje de Maciste, el esclavo forzudo que reaparecerá “ad nauseam” en producciones sucesivas. Sólo en el periodo mudo, Bartolomeo Pagano, el estibador genovés que aquí lo interpreta, volverá a encarnarlo en otras 26 ocasiones (!). Recuperado durante los años sesenta en la tumefacta musculatura de diversos culturistas y una serie de títulos a cual más bizarro, hasta Jess Franco lo hizo protagonista de un par de inclasificables “sexploitations”.
Carorpar
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow