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Spain Spain · Los Llanos de Aridane
Nairdan rating:
7
Drama Marie and Valentí live in Paris with their two daughters, Emma and Inés. Marie is French and works as a teacher. Valentí is a Spanish architect. Their life is similar to that of any other middle-class family in a big city. They spend most of their time at work and with their families, with some personal leisure time. During a holiday at the Ebro River Delta, Valentí and Emma are in a car crash. Emma dies. Valentí is in a coma for ... [+]
Language of the review:
  • es
June 13, 2012
9 of 11 users found this review helpful
Curiosa la manera en que Jaime Rosales nos toca el corazón con "Sueño y silencio", ya que parte de lo artificial -blanco y negro, encuadre fijo, apenas movimientos de cámara- para llegar a lo humano, el núcleo de una pérdida y sus repercusiones. El después. Su apuesta estilística es a priori dispar pero cuando el poso crece en uno se revela de lo más pertinente. Hay muchas formas de contar el sufrimiento de una familia tras sufrir un desgarro de tal calado, y en casi todas se tiende al exceso y a lo tremendo. Rosales logra emocionar limpiamente extrayendo de afectación hasta los momentos más peliagudos -el duelo, el cementerio, las discusiones entre los progenitores- y logrando por el camino una profundidad emocional increíble en algunas escenas y una capacidad de elipsis brillante. Como se ha dicho ya, materializa lo espiritual sin salirse del realismo en una escena antológica, con un portentoso fuera de campo y el grandioso trabajo de Yolanda Galocha, que derrocha carisma desde su primera aparición, y toca una de las consecuencias menos tratadas de un coma con la subtrama del padre amnésico. Un trabajo en general notable que tiene un gran problema en el uso de recursos experimentales que se antojan simples caprichos: un virado a color, un fuera de campo muy agresivo que distancia por choque estético para una conversación a carne viva, corte de las secuencias de manera brusca, prólogo y epílogo de Miquel Barceló algo abstractos y saltos de montaje enseñando un poco el negativo. Da la impresión de que lo autoimpuesto de las normas previene al director de dar un do de pecho, aunque remata la película con un prodigioso plano-secuencia que cubre un parque donde vida y muerte pierden la denominación en pos de ver cómo fluye el amor en estado puro.
Nairdan
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