González Iñarritu vuelve al estilo característico de historias no lineales que transcurren entrelazadas entre ellas, tras Amores Perros y 21 Gramos. Pero en esta ocasión lo hace a un nivel global.
Técnicamente no se puede discutir su brillantez. Si de algo se caracteriza este director es del manejo de los tiempos, haciendo que fluyan las distintas historias paralelamente, y siendo capaz de introducirte en unas situaciones complejas sin dejarte indiferente durante toda la película. Cuenta además con una fotografía excelente de todos los distintos países en los que se desarrolla. (Marruecos, Túnez, México y Japón).
En esta ocasión trata temas muy dramáticos, dentro de un mundo complejo y globalizado, con diferentes relatos desesperantes en cuanto al sufrimiento de sus personajes. Fundamentalmente, muestra la incomunicación en todos ellos de forma magistral. Y todo esto a partir de un rifle, que se va a convertir en el punto común a partir del cual se bifurcará la trama hasta que todos los elementos se encuentren de nuevo.
Sin embargo, conforme avanza la película y se va rehaciendo el puzzle, no acaban de convencerme ciertos aspectos. Después de contarnos unas historias terribles durante algo más de dos horas, no acabo de encajar algunas de ellas y acabo notando como que han sido incrustadas sin sentido en ese puzzle para acabar contándonos lo que pretende. Esto sucede con la historia de la chica japonesa, para la cual, su conexión al resto de la trama me parece realizada de una forma bastante forzada. Además de utilizar un recurso bastante fácil como es la sordomudez de la chica para tratar el tema de la incomunicación. También la historia de la asistenta mexicana, en la que aparece lo dramático tras un suceso con la policía un tanto ilógico y poco creíble, en la frontera entre los Estados Unidos y México
En cuanto a las actuaciones, destaca un notable Brad Pitt, demostrando que fuera de vender su imagen en ciertas ocasiones, tiene gran talento para dar. También muy buena la de la asistenta mexicana (Adriana Barraza) como las de Gael García Bernal y la chica japonesa.