Película poco conocida y apreciada de la filmografía de Glenn Ford y sin embargo es junto con El padre de Eddie, otra bella película romántica, una de las mejores de un género que el actor dominaba magistralmente.

Un hombre controlado absolutamente por su pareja se encuentra casualmente en una convención de un hotel a una parlanchina y amable mujer solitaria, que acaba haciéndole dudar entre la vida que él y su futura habían planeado o ser amado por alguien tan desconcertante y raro como esa mujer.

Argumento original, en cuanto que la protagonista se sale de todos los tópicos de "chica de la Película" No es una belleza, no es cautivadora y su gran problema es la soledad al llegar a la madurez, su busqueda de afecto es lo que le lleva a ser una habladora incorregible. Muy recomendable y muy entretenida, con excelentes actuaciones de Geraldine Page y Glenn Ford.