Cuando se emerge, las personas y las sociedades aspiran a comunicar más cosas de sí mismas.
Parte de occidente se aficionó a algunas de las costumbres chinas de menor calado. A un segmento, no especialmente instruido de la población occidental, americanos y de otras nacionalidades, le distraen las peleas orientales, sin ver en ellas nada más que la espectacularidad de sus saltos y golpes.
Con este anzuelo, esta película trata de hablar de más cosas de china. China es antigua. Sus valores son fuertes (ojo, que ahora transmiten poco más que la acumulación de fortunas). Sus paisajes son hermosos. Sus ciudades bulliciosas y derrochan actividad. Contrastan urbes y mundo rural.
Decir eso con bellas imágenes, música, vestuarios y decorados bien cuidados es un buen ejercicio de cine.
No recuerdo haber visto antes una película de artes marciales completa. Recuerdo que en mi juventud peleaba Bruce Lee. Lo siento, pero nunca me retuvo ante la pantalla. Esta película la ví entera y además a una hora poco habitual de ver cine (la mañana). O sea, me interesó y, en algún momento, hasta me generó alguna emoción.