Un polígono con su correspondiente centro comercial. En él se buscan la vida dos hermanos: uno es el punki con perro más viejo de Europa, que pide “limosna” en el hipermercado de turno, y el otro está a punto de ser despedido de la tienda de colchones donde trabaja). Por allí también rondan sus padres, que son propietarios de un restaurante de patatas fritas.

Una película no apta para todos los gustos: humor negro y atípico, personajes marginales, crítica social y sketches surrealistas. Una comedia sin pretensiones que no crea falsas ilusiones y que deja patente la inutilidad de rebelarse cuando los demás no comparten la percepción de que algo va mal. Albert Dupontel y Benoît Poelvoorde, magníficos en sus papeles de perdedores desquiciados, arrancan muchas carcajadas. Un film insólito y muy recomendable.