Mauricio de Aguinaco, director del film, mencionó alguna vez que cuando vuelve a ver la película le encuentra un defecto nuevo, o cree que pudo haber filmado mejor algunas sencuencias o modificar más el guión. Lo que no se da cuenta es que este largometraje, donde involucró a Vanessa Bauche, Mario Zaragoza e incluso, algunos integrantes de Molotov, tiene fallas de pies a la cabeza. Lejos de ser un homenaje a la cultura del graffiti, parece más bien una producción televisiva de bajo presupuesto.

Además, el escueto mensaje que pretende ser una crítica social contra el narcomenudeo, drogas, delincuencia y corrupción, termina siendo totalmente risible y ñoño.