Nos encontramos ante una serie con un punto de partida muy atractivo y bastante novedoso y original: una carrera a través de EE.UU. donde no sólo la velocidad importa, también la inteligencia. Algunos participan por el premio (32 millones de dólares para el ganador), otros para salvar a algún ser querido, otros para huir de su pasado... pero todos tienen algo en común: desean ganar a cualquier precio.

De este modo se articula una intriga de acción más que interesante, con soluciones visuales bastante originales para realizar espectaculares accidentes y persecuciones con un ajustado presupuesto... Desde los títulos de créditos podemos observar la originalidad de esta propuesta, puesto que están realizados en un plano secuencia que va pasando por todos los coches participantes mostrándonos a sus ocupantes hasta subir a un cartel de carretera donde aparecen los nombres de los creadores.

Además, la serie tiene un estilo visual bastante particular para rodar en y desde coches, con continuos movimientos de cámara atravesando los cristales en secuencias bastante espectaculares, logrando que en ningún momento te parezca aburrido ni la forma ni el fondo de lo que aparece en pantalla.

Sin embargo, gracias a los directivos de la Fox no podremos ver cómo finaliza siquiera la primera temporada, puesto que decidieron cancelarla tras sólo 4 episodios emitidos (con 6 episodios rodados de los 13 inicialmente previstos). Pese a que emitieron los 2 episodios restantes (de los 6 rodados) por internet nunca sabremos quién es la misteriosa corporación detrás de la carrera, por qué corren algunos corredores o el desenlace de la carrera. Todas ellas preguntas bastante intrigantes que se habían ido abriendo a los largo de tan sólo 6 capítulos (imaginad lo que podría haberse resuelto con otros tantos episodios).

Y todo porque unos directivos no pudieron darle un poco más de tiempo a una serie que podría haber sido muy interesante, con un argumento novedoso, un estilo visual particular e ideas originales y atractivas. Gracias Fox.