Click here to copy URL
Spain Spain · Barcelona
rober rating:
8
Thriller. Drama The economic crisis, the 15-M movement and the pilgrims awaiting the arrival of the Pope, all coexist in a Madrid that’s hotter and more chaotic than ever. Inspectors Velarde and Alfaro must find what appears to be a serial killer, as soon as possible and with the utmost confidentiality. This hunt against the clock will make them realize something they’d never thought about: neither one of them is that different from the killer.
Language of the review:
  • es
October 24, 2016
28 of 56 users found this review helpful
Rodrigo Sorogoyen se apunta a la corriente del nuevo thriller español, que pasa por momentos muy brillantes. “Que Dios nos perdone” tiene un guión lleno de sorpresas, unos personajes bien construidos y un retrato magnífico del Madrid del año 2011. Sumida en plena crisis económica, la ciudad es un escenario esquizofrénico en el que los movimientos populares del 15M comparten espacio con los devotos enfervorizados por la visita del Papa. La trama policíaca termina siendo una excusa para hablar de muchas más cosas. El tándem Alfaro-Velarde es un equipo formado por dos seres más bien despreciables y patéticos que, trabajando juntos, se complementan para construir algo grande. Individualmente son casi tan abominables como el asesino al que están persiguiendo. El trabajo da sentido a su existencia miserable, incluso les dignifica como personas. Es lo mismo que le pasa al criminal, que sólo en su barbarie encuentra un sentido a su vida. Para redondear el conjunto, el desenlace es sobresaliente y coherente con los caracteres de los personajes. La línea que separa a unos de otros es más difusa de lo que podría parecer.

En los aspectos puramente cinematográficos, es obligado mencionar las estupendas actuaciones de los actores protagonistas, Antonio de la Torre y Roberto Álamo, con dos papeles que reforzarán sus ya consolidadas filmografías. Destacaría también el dominio de los espacios que demuestra Sorogoyen. El film rezuma tensión tanto en las angostas escaleras de un viejo portal del casco histórico de Madrid, como en las calles infestadas de gente. Los movimientos de cámara precisos y las cuidadas ambientaciones sirven también para dar potencia a una película que, sobre todo, es creíble. Aunque “Que Dios nos perdone” no desprenda la sensación de perturbación que se aprecia en otras películas con las que tan injustamente se la ha comparado, estamos ante un film, en todos los sentidos, verosímil. Será porque España misma es así de viva y a la vez de paradójica.
rober
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow