Sin ocurrir demasiado, la película consigue con una buena atmosfera, inquietar sin llegar a sorprender, se podría calificar como un thriller casi psicológico.

Estamos en los años 60 en Nueva Inglaterra, Eileen vive una vida solitaria, trabaja en un correccional de menores, a menudo sueña con tener alguna relación con alguno de los chicos del pueblo o internos. Su vida es monótona, vive con su padre expolicía y alcohólico comprándole a diario tabaco y alcohol. Todo cambia cuando llega una glamorosa y cautivadora psiquiatra nueva llamada Rebecca, Eileen rápidamente queda encandilada de ella, tras invitarla a salir para tomar unas copas comienza a tener una fuerte atracción...  

Después de la interesante "Lady Macbeth" el director William Oldroyd con guion de Luke Goebel y basandose en la novela de 2015 de Ottessa Moshfegh nos presenta un film donde no se sabe donde está el límite para sentir algo y poder salir de una miserable vida.

Thomasin McKenzie como la amargada y reprimida Eileen está bastante bien en su interpretación poniéndose a la altura de Anne Hathaway como Rebecca un personaje algo más suculento. Sin embargo, aprecio en el guion algunas cosas que no consigo entender después del giro dramático, ya que son comportamientos algo ilógicos que nos lleva a un final apresurado.

Shea Whigham (como el padre de Eileen) vive atormentado por la muerte de su esposa, tiene atemorizado al vecindario con una pistola durante sus continuas borracheras, increpando continuamente a Eileen por su vulgaridad, así que el escape de la chica es su trabajo en la penitenciaría juvenil, donde tiene cierta curiosidad por un chaval que se atrevió a matar a su padre a cuchilladas y nota una cierta simpatía por él, al igual que Rebecca, las dos por diferentes motivos.  

No tiene un mal planteamiento, pero no es un film redondo por la incredulidad que provoca su tercer acto. Le achaco varias cosas que prefiero no decir por no hacer espóilers.
Destino Arrakis.com