Para elaborar un buen largometraje del género, es necesario contar con todos los ingredientes básicos: pistoleros, colonos, jugadores, buscadores de oro, indios y chicas florero. Todo eso en su justa medida, sin exceso ni escasez. Mezclarlos dentro de una trama ligera, con la única pretensión de entretener al público, a todo el público en general.

A partir de ya tener una base sobre la que trabajar, le damos nuestro toque personal, con ideas nuevas o poco vistas en el momento de crear el largometraje: fotografiando la naturaleza, incluyendo un barco, formando un trío de pistoleros o acabando en una pelea a muerte en el río.

Y como lo que se trata es de no aburrir al personal y lo bueno si breve dos veces bueno, todo eso lo dosificamos en 90 minutos, donde tenemos peleas con los indios, tiroteos en el salon, romances, vacas e incluso un capitán de barco. Y nos sobra tiempo para echarnos un chupito de whisky.