Esta cinta no llega a cuajar nunca, utilizando un argumento cansino que por lo menos hubiera sido más interesante sin toda los aires pretensiosos que la directora proyecta en cada escena, haciendo personajes carentes casi de humanidad, como si fueran unos fantoches disforzados movidos por los caprichos intelectualoides y sensacionalistas de la hermana de Ralph Fiennes, creo sinceramente que a la realizadora le faltó más tacto e ingenio a la hora de diseñar y desarrollar los mismos; la cinta no tiene esa magia con que la que suele atraparnos el buen cine, es sosa como la propia casa de Kristin Scott Thomas -de lejos lo mejor del film, junto con la idea de la fobia a los colores ( lamentablemente mal aprovechada), y Penélope- que no esta tan mal, incluso, quizá sea la que mejor interpreta su personaje de "pobre prostituta hispana", sólo por ella no le pongo 1 estrella (que es lo que merece). En fin "quien tiene padrinos se bautiza", como reza el dicho.