Desde luego que tener como productor a James Cameron es un reclamo importante para el público, autor de algunas buenas películas pero en general un tipo muy sobre valorado. Sirva esto como simple introducción, la película poco tiene que ver con la factoría Cameron en cuanto a longitud (menos mal), personajes (aquí deplorables) y diversión (aquí inexistente).

Es uno de los claros ejemplos de película donde el director hace mala un regular guión. Porque el guión es más bien flojito, unos expertos en exploración de cuevas submarinas que son sorprendidos por un tifón. Es decir, que hacen una expedición de varios millones de dolares y no llevan un misero radar del tiempo. Al fin y al cabo es una excusa para demostrarnos la enésima historia de un grupo de gente atrapada en un lugar donde no se puede escapar.

Se elimina un elemento sobrenatural y se cambia por el elemento natural de la propia cueva. Como idea no esta mal, incluso parece acertada, sin embargo el desarrollo es paupérrimo. Los protagonistas tampoco ayudan, Richard Roxburgh que siempre hace un papel decente aquí mete un patinazo tremendo, sin empatía y sin sentido común. Del resto no hablemos.

Tampoco es que sea un prodigio de planos preciosistas, más bien lo contrario. Se trata de una película muy muy fea, poco visual y con unos efectos decentes pero muy desaprovechados. Por tanto no tiene nada para verla, ni interés, ni intriga, y se hace muy larga.

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