Esta "Verdadera Historia" necesita una poda, una reducción de tiempo y es que a partir de la hora y diez de documental se hace repetitivo esos continuos viajes en jets privados, hoteles y casas lujosísimas, baños de masas y un sin fin de imágenes de la corte de aduladores que le rodea.
No obstante tiene dinamismo esta producción apoyado en el uso de móviles, drones y go-pros que le dan además un aire de autenticidad e inmediatez al reportaje, pero Levan Tsikurishvili nos hurta las adicciones de Avicii incluso parece culpar a los propios doctores "Llegué a tomar cincuenta pastillas al día" sic.
También encontramos un oscurantismo, sospechoso de ser impuesto, acerca de las relaciones sentimentales del homenajeado. Levan T. debió plantearse realizar un reportaje sin condiciones, si no quería que el altivo nombre de "Verdadera Historia" no se le volviese irónico.
La aportación más interesante de personajes que adulan a Avicii es la de su manager, exprimidor de la gallina de los huevos de oro y única figura paternal ya que no aparece ningún familiar, supongo que por propia decisión. Sus intervenciones a medio camino entre la estrella y el profesionalismo son las más destacadas.
Sí echo en falta alguna postura crítica, algún organizador de bolos que nada más firmar el contrato empieza a soltar pasta para cumplir con la legislación y ofrecer al público el mejor evento posible y que le dejaron colgado.
Levan T. tiene la fórmula para producir un buen documental, sabe la fuerza de esas imágenes recogidas "in situ" con los medios audiovisuales actuales pero le falta el manejo sobre lo que es importante y lo que no y el compromiso con el espectador para ofrecernos una "Verdadera Historia"