las premisas de la película no llevan a buen puerto. A medida que avanza, parece que el director cree menos en la historia que tiene entre manos, y cede a la redención de sus personajes en vez de seguir por la senda de la comedia más pasada a costa del 007 con cinco martinis agitados pero no removidos de más. Las interpretaciones son buenas por parte del trío protagonista -incluyo a la siempre solvente Davis, con escena de lavadora incluida-, y la película de colores vivos y parajes diversos se deja ver pero no consigue todos sus propósitos.
Nota: 5,45.
Pd. Impagable chapuzón en la piscina del hotel de Brosnan en farda huevos y birra en mano.