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Spain Spain · Barcelona
polvidal rating:
6
Thriller. Drama Julia (Tilda Swinton) is 40 and an alcoholic. She is manipulative, unreliable and a notorious liar – but in spite of everything else, she is still an imposing appearance. A woman for whom a well-preserved 1979 Chrysler New Yorker is just the right vehicle. In between the many vodkas and occasional one-night-stands, Julia manages to scrape together a living by doing one low-paid job after another. But life is getting lonelier and ... [+]
Language of the review:
  • es
March 2, 2009
15 of 17 users found this review helpful
Tilda Swinton, además de ser la encargada de concederle a nuestra Pe el histórico Oscar a la mejor interpretación secundaria, es también una brillante actriz no reconocida del todo por el gran público. La gratificación le vino el año pasado de la mano del tío Oscar como compañera de reparto del mismísimo George Clooney en Michael Clayton, pero ni aún con esas ni encarnando a la amante rusa de Benjamin Button, sin duda la interpretación más destacable de la película, ha logrado esta mujer hacerse un hueco en el olimpo de las estrellas.

Puede que esta situación la beneficie, ya que la fama no siempre permite papeles tan arriesgados como el de Julia. Una mujer borracha, que se despierta cada mañana sin saber con qué tío se metió anoche en la cama y sin ninguna ambición más en la vida que un vaso de vodka con tónica no es precisamente el personaje que más guste a los fans de una estrella de Hollywood. En cambio, pocas actrices de las mediáticas serían capaces de proporcionar a Julia la verosimilitud y la entrega de esta pelirroja de armas tomar.

La escena inicial de la película promete un relato desgarrador sobre la degeneración humana, sobre el pozo sin fondo al que toda persona puede llegar. Julia se tambalea, cubata en mano, por la pista de baile. Con un vestidito de veinteañera, pasea su madurez de hombre a hombre, con la conciencia y la dignidad usurpadas por el alcohol. Cuando amanece y la resaca asoma, apenas recuerda a su acompañante, generalmente un apestoso personaje en busca de un polvo fácil. Es el momento más claro del día, cuando la realidad la golpea con toda su fuerza y la copa vuelve a ser la única válvula de escape posible.

La entrada de un niño en escena y de su secuestro cambian por completo el sentido de la trama y el objetivo del filme. Ya no estamos frente a una radiografía de la degradación humana sino ante el camino hacia la reparación. El chico parece el método revulsivo que Julia necesitaba, pero de nuevo el avance del metraje y, sobre todo sus minutos finales, modifican el rumbo de la película y la convierten precisamente en una película sin rumbo.

Del drama más costumbrista pasamos a la acción más delirante, y lo que parecía una road movie de manual termina dejando al espectador sin la justificación de sus dos horas y media de viaje. Tras concederle cada plano y cada minuto, Zonca se olvida por completo del personaje de Tilda Swinton en su final. Flaco favor para el que es el único estimulante de Julia. Su alargado y desigual metraje se convertiría en somnífero si no fuera por la sólida presencia de Swinton, capaz de mantener abiertos los párpados del personal. Si su interpretación en esta película, a pesar de ella, no es meritoria de premio, por encima de estilosas actrices de labios carnosos, que baje Oscar y lo vea.
polvidal
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