Una película casi tan fría como el viaje que narra (de Noruega a Suecia) pero repleta de personajes cálidos que encuentran en sus particulares tragedias la manera de sobrevivir (incluso cuando la tragedia consiste en ser multimillonario). La excusa de secuestrar al propietario de Ikea no es mas que un elemento (tan común como la marca) para mostrarnos que el precio de la modernidad siempre lo pagan las personas. Los actores están todos bien, especialmente Bjørn Sundquist quien sostiene toda la película sobre sus hombros con gelidez interpretativa y actuando solo con esa desencantada mirada. Puede que la historia parezca común en su planteamiento: un comerciante de muebles pretende secuestrar al amo de Ikea que ha hundido su negocio, pero estos elementos comunes (Ikea, secuestro, etc) no hacen que la película sea algo a lo que estemos acostumbrados. Imagino que sin el sentido del humor o si hubiesen hecho referencia a cualquier otra marca menos conocida, al espectador le costaría acercarse a esta película. "Harold y su manual de secuestro" es la típica melodrama de aquellas tierras (Suecia y Noruega) como son "Headhunters", "Uno tras otro" o""El abuelo que saltó por la ventana y se largó", rodadas todas con oficio y lentitud, aprovechando escenarios naturales, sin efectismo y utilizando las emociones (no las acciones) para empujar cualquier historia, en este caso utilizando elementos reales para construir el humor y no creando situaciones artificiosas. Pero ojo, no es cine comercial del que estamos acostumbrados, aunque lo parezca. Es un correcto melodrama que funciona razonablemente bien y que os proporcionará hora y media de entretenimiento si tenéis la paciencia suficiente.