Oscar (Nathaniel Brown) y Linda (Paz de la Huerta) son dos hermanos estadounidenses que viven en Tokio, Japón. Alquilan juntos un departamento, él vende drogas para subsistir mientras ella trabaja como bailarina en un club nocturno. Una noche cuando se dirige a hacer una entrega Oscar es herido de bala, su existencia pasa a un plano extra corporal donde comienza a divagar en un viaje existencial debido a su situación, observa su pasado y el presente de su hermana con su ausencia,

La primera impresión que se tiene de la película es que se está ante una propuesta muy diferente, la forma en como Noé opta por presentar su historia la hace visualmente llamativa, con sus características propias, siempre ofrece una experiencia espectacular, diferente y hasta adictiva. Hay que acostumbrarse a dicha forma, en especial en los momentos en que el protagonista pasa a un estado extra corpóreo e inicia sus remembranzas.

Este viaje existencial sirve para conocer el pasado de los protagonistas, puesto que en un inicio hasta el primer giro de la trama, se conoce poco o nada de ellos, apenas y se contextualiza por encima, de ahí que el esbozo que se muestra funciona para ir amarrando cabos en cuanto a la situación de los hermanos. Más importante que eso, el reconocer por qué Oscar tiende a quedarse en este estado.

Como mencioné previamente, Enter the Void es una gran experiencia, es visualmente muy llamativa, la cinematografía a cargo de Benoît Debie tiene una constancia de colores vistosos, imprimiendo a la imagen y a la ciudad con un aspecto futurista. Por su parte, la música de Thomas Bangalter se enfoca en darle a la película una experiencia un tanto misteriosa y espiritual.

Enter the Void escrita y dirigida por Gaspar Noé, un film que arranca muy bien durante el primer tracto pero que va perdiendo fuerza conforme avanza el metraje, parece que al realizador se le va de las manos el proyecto extendiéndose en demasía por largas dos horas y cuarenta minutos, un total exceso. Esto porque se llega un punto repetitivo y cansino, incluso hay secuencias que literalmente se repiten, otras que se alargan mucho, como la que está antes del final, quince minutos de parejas teniendo relaciones sexuales para llegar a un final que muestra algo que es muy evidente que va a suceder.