Genial opera prima de un director, a mi modo de ver, que habrá que seguir de cerca.
Un gustazo para los sentidos desde la simpleza y acertado de cada plano, y por lo complicado e intrínseco de cada personaje. Una alegría para el cine español que no debería pasar desapercibida para nadie por el simple hecho de bajo la bandera que se haga.
Tarde para la ira te engancha desde el minuto uno, con giros inesperados ayudados por la genial interpretación de Antonio de la Torre, que sin decir nada, transmite mucho, muchísimo. Cada personaje es un mundo aparte unidos por una trama que no deja de preguntarte que sería de esta cinta si hubiese sido producida en Hollywood, seguramente nada.
Porque, a mi modo de ver, toda esta historia no sería nada sin los acertados lugares en los que se desarrolla, barriadas humildes, bares toscos y cutres, celebraciones con rumbitas de fondo... todo muy cañí.
En resumen, un descomunal acierto de Raúl Arévalo de principio a fin, un deleite para los sendos, para aquellos que nos apasiona este genero. Imperdonable no verla.