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seagal4ever rating:
6
5.5
7,890
Musical. Drama. Romance
Ali (Christina Aguilera) is a small-town girl with a big voice who escapes hardship and an uncertain future to follow her dreams to LA. After stumbling upon The Burlesque Lounge, a majestic but ailing theater that is home to an inspired musical revue, Ali lands a job as a cocktail waitress from Tess (Cher), the club's proprietor and headliner. Burlesque's outrageous costumes and bold choreography enrapture the young ingenue, who vows to ... [+]
Language of the review:
- es
December 28, 2010
3 of 4 users found this review helpful
Desconozco de donde ha salido este muchacho que se hace llamar Steve Antin, director del filme, pero tengo que reconocer que no estamos ante un mero aficionado, ni ante un debutante sin talento. Este hombre tiene un bagaje importante a sus espaldas y, pese a las pocas dudas que me ha resuelto consultar su página personal de IMDb (actor de unas cuantas series, director de la inefable "Última Sospecha 2" [2006] y doble no acreditado del clásico hiphopero "Beat Street" [1984]), creo que se trata de una evidencia después de ver el filme que nos ocupa.
Porque hablemos claro: el guión que Antin nos ofrece junto a Susannah Grant, Keith Merryman es tópico y típico hasta la extenuación. Una chica de pueblo con mucho desparpajo y sin un duro que se instala en Los Ángeles, la ciudad de sus sueños, donde se quedará completamente prendada de los números de baile del popular local "Burlesque". Tanto, que no dudará en hacer lo que sea para pasar a formar parte del selecto grupo de bailarinas y profesionales que cada noche allí se dan cita.
Las líneas generales de esta trama podríamos decir que confirman por sí mismas un microgénero cinematográfico con amplia aceptación en la industria del cine. Microgénero que, por paradójico que resulte, se manifiesta como inversamente proporcional al interés del respetable por el mismo, al menos a priori. En estos casos, cuando la historia carece del más mínimo interés (básicamente por su falta de originalidad) lo que queda es el resto. Afortunadamente, el resto, al menos en esta ocasión, posee la suficiente entidad como para soportar sobre sí mismo el endeble esqueleto narrativo.
La falta de garra y sorpresa del guión se minimizan gracias a la transmisión de un mensaje plagado de optimismo y alegría que, sin llegar a ser empalagoso, deja un regustillo de satisfacción suficiente como para ver la película con cierta simpatía y no masacrarla sin piedad a las primeras de cambio. Si somos capaces de soportar este primer (y gran) envite que representa la historia, el resto sin duda nos agradará sin demasiada dificultad. Y empleo el verbo agradar porque soy consciente de que mucho más no puede conseguir; dicho en otras palabras: si queréis peras, arrimaos a un peral. Porque esto, precisamente, no es un peral.
Porque hablemos claro: el guión que Antin nos ofrece junto a Susannah Grant, Keith Merryman es tópico y típico hasta la extenuación. Una chica de pueblo con mucho desparpajo y sin un duro que se instala en Los Ángeles, la ciudad de sus sueños, donde se quedará completamente prendada de los números de baile del popular local "Burlesque". Tanto, que no dudará en hacer lo que sea para pasar a formar parte del selecto grupo de bailarinas y profesionales que cada noche allí se dan cita.
Las líneas generales de esta trama podríamos decir que confirman por sí mismas un microgénero cinematográfico con amplia aceptación en la industria del cine. Microgénero que, por paradójico que resulte, se manifiesta como inversamente proporcional al interés del respetable por el mismo, al menos a priori. En estos casos, cuando la historia carece del más mínimo interés (básicamente por su falta de originalidad) lo que queda es el resto. Afortunadamente, el resto, al menos en esta ocasión, posee la suficiente entidad como para soportar sobre sí mismo el endeble esqueleto narrativo.
La falta de garra y sorpresa del guión se minimizan gracias a la transmisión de un mensaje plagado de optimismo y alegría que, sin llegar a ser empalagoso, deja un regustillo de satisfacción suficiente como para ver la película con cierta simpatía y no masacrarla sin piedad a las primeras de cambio. Si somos capaces de soportar este primer (y gran) envite que representa la historia, el resto sin duda nos agradará sin demasiada dificultad. Y empleo el verbo agradar porque soy consciente de que mucho más no puede conseguir; dicho en otras palabras: si queréis peras, arrimaos a un peral. Porque esto, precisamente, no es un peral.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Así pues, la puesta en escena destaca como un preciosista mosaico de luces y colores en todos y cada uno de los números musicales. Las coreografías, sin ser una lección magistral al respecto, aguantan adecuadamente el tipo encerrando en su ser un cierto encanto. El desfile de modelos (tanto masculinos como femeninos) por la pantalla agrada la vista y supone una concordancia más a añadir a la recargada y cuidada estética del filme. La verosimilitud, obviamente, es una de las grandes perjudicadas entre tanto artificio narrativo y visual. Pero insisto en que sabíamos a lo que veníamos. Su carencia se ve recompensada por el resto de los elementos comentados.
Entre medias de todo este tinglado tenemos amoríos descafeinados (un cierto toque de decencia ante el público, pues perfectamente podría haberse optado por pulsiones mucho más pasionales y conducir todo a un exceso desmesurado -quiero decir mucho "más desmesurado" de lo que ya tenemos entre manos-); líos económicos que se resuelven milagrosamente al final como manda la tradición y a través de unos cauces cuanto menos rebatibles; envidias y celos variados (también bastante comedidos), etc.
En fin. No estamos ante un musical que vaya a sentar cátedra en ningún sentido. Sin embargo, el resultado final me atrevo a situarlo ligeramente por encima de la media. La evidente flojedad de la historia es recompensada por unos números musicales abundantes y satisfactoriamente resueltos, unos letras pegadizas y acordes a los cánones, unas interpretaciones cercanas a la solidez (quizás sea también uno de los puntos más cuestionables) y un saber hacer generalizado en las laboras detrás de las cámaras.
Quizás unos cuantos minutos de menos habrían dotado de mayor fluidez narrativa al filme, pues en el segundo acto el estancamiento se evidencia en varios momentos. Insisto: pese a las limitadísimas expectativas con las que iba, reconozco que he salido conforme y con un buen sabor de boca de la sala del cine. Y creo que eso hoy en día ya es bastante.
Entre medias de todo este tinglado tenemos amoríos descafeinados (un cierto toque de decencia ante el público, pues perfectamente podría haberse optado por pulsiones mucho más pasionales y conducir todo a un exceso desmesurado -quiero decir mucho "más desmesurado" de lo que ya tenemos entre manos-); líos económicos que se resuelven milagrosamente al final como manda la tradición y a través de unos cauces cuanto menos rebatibles; envidias y celos variados (también bastante comedidos), etc.
En fin. No estamos ante un musical que vaya a sentar cátedra en ningún sentido. Sin embargo, el resultado final me atrevo a situarlo ligeramente por encima de la media. La evidente flojedad de la historia es recompensada por unos números musicales abundantes y satisfactoriamente resueltos, unos letras pegadizas y acordes a los cánones, unas interpretaciones cercanas a la solidez (quizás sea también uno de los puntos más cuestionables) y un saber hacer generalizado en las laboras detrás de las cámaras.
Quizás unos cuantos minutos de menos habrían dotado de mayor fluidez narrativa al filme, pues en el segundo acto el estancamiento se evidencia en varios momentos. Insisto: pese a las limitadísimas expectativas con las que iba, reconozco que he salido conforme y con un buen sabor de boca de la sala del cine. Y creo que eso hoy en día ya es bastante.