Seis chicos se lanzan a su particular conquista del Oeste montados en dos mulas y dos caballos, algunos revólveres que no saben usar y un puñado de dólares. Hay dos pequeños líderes con procedencias opuestas, Drew Dickson (Brown) de una familia acomodada y educado en los valores morales convencionales, y Jake Ramson (Bridges) huérfano y criado prácticamente en la calle desde niño.
Las andanzas no pueden ser más patéticas para todos. Por perder pierden hasta el compañerismo y la solidaridad que antes habían tenido. Pronto advierten que el Oeste no es la tierra de Jauja, es entonces cuando aparece entre ellos el egoísmo, el robo, la cobardía o la traición. Pero sobre todo la mentira: "Tú eres el mentiroso y yo el bandido", espeta Jake a Drew" cuando definitivamente se quedan solos.
La sordidez de los paisajes, bellos por lo demás y muy bien fotografiados, junto a la frialdad climatológica e interior de todos los protagonistas, hacen que nos encontremos ante una cinta que parece el reverso de "Dos hombres y un destino" con la que podía haber tenido alguna similitud. Por otra parte apreciamos una cierta complacencia en la descripción de las escenas más desagradables como el desollado de la liebre, las comidas que hacen, los ahorcamientos o la misma negociación del marido que ofrece a su esposa por ocho dólares a los seis muchachos. No es por tanto nada extraño que alguno de ellos se pregunte por la posibilidad de contraer la sífilis. No debía preocuparse tanto, pues en aquellos ambientes difícilmente llega esta enfermedad a su etapa secundaria.
Pese a la opinión general de las demás reseñas, para nosotros se trata de una película apta sobre todo para los amantes del Oeste desmitificado.