Es difícil criticar de forma "seria", una serie que no se toma la molesta de serlo. En medio de un verano con pocas opciones para ver, programas como este saltan a la palestra (al menos la mía).

No puedo decir que sea un mal show, o que sea lo peor que he visto (créanme hay cosas de menor calidad pululando por ahí), pero está serie carece de la chispa que la convierta en algo entrañable o al menos un gran placer culposo.

La serie me ha gustado, aunque no es de las que puedas ver horas y horas; porque es repetitiva y tiende a exasperar.

Ni las situaciones ni las actuaciones son novedosas o hilarantes. El humor pasa a ser demasiado contenido y un tanto moralino (lo cual puede ahuyentar a más de uno).

Lo más rescatable es Betty White, el resto del elenco es flojito flojito, además que algunos chistes de verdad que no pegan (y las risas enlatadas hacen que te preguntes si en verdad vale la pena reírse de cosas un tanto forzadas).

En resumen, la serie es un divertimento sin pretensiones, así que no hay mucho que decir de ella, está lejos de ser una comedia clásica (aunque roba el look de unas cuantas), pero cumple su función de mantenerte "entretenido", por 20 minutos cuando en serio no tengas nada que hacer.