No es mal filme para ver cómodamente en casa si no hay nada menor en la TV y si no se dispone de mejor programa, por ejemplo, por ser una tarde lluviosa y no dar ganas de salir, por no tener un buen libro que leer, etc., pero no le vayan a pedir mucho seso al argumento, porque no lo tiene. CASANOVA es una versión libre, llamémosla así, de la vida del que quizás sea el más famoso de los seductores. En realidad, la trama es un invento y ni de lejos parecida a lo que fue la vida real de Casanova, quien a pesar de haber cortejado a muchas mujeres, siempre era de a una por vez y siempre creyendo que la mujer de turno sería su amor para toda la vida. El filme de Lasse Hallström, sumamente superficial, es una comedia ligera que por momentos hace reír y mucho merced a situaciones absurdas, y en otras lleva demasiado lejos el disparate. En cualquier caso, no se precisaba recurrir, para filmar algo así, a estrellas como, por ejemplo, Jeremy Irons, quien quizás por no estar muy convencido de lo que hace ni siquiera luce. Hay que decir que el guión en sí mismo no es un derroche de talento ni deja margen para que nadie se luzca demasiado, pero eso no me impide concluir que la actuación de Irons en esta película queda eclipsada hasta por el desempeño de los extras.

Eso sí, visualmente la película tiene gran belleza, y lo mismo la banda sonora integrada por célebres piezas del barroco. Alcanza, como dijimos, para verla por televisión, pero no para desplazarse a verla en cines.