Tras leer en Internet entusiastas críticas de esta película que en Argentina demoró en estrenarse, procedí a ver los correspondientes trailers que me interesaron lo bastante para adquirir el libro en que se basó el filme. El libro no me gustó mucho, es mucho más crudo que la película y en general de mal gusto. No así podemos hablar, sin embargo, de su versión fílmica. Esta es mucho más sutil y hace que el resultado sea poético y bello. Lo que no quiere decir que no produzca algún buen sobresalto. De hecho, lo que a mí me sorprendió fue que en dos oportunidades en que yo sabía lo que iba a ocurrir, sin embargo brinqué de tal manera que se hubiera dicho que me habían tomado por sorpresa.

De cualquier forma, aunque se trata de un filme de vampiros, difícilmente podría caratulárselo dentro del rubro "Terror". En realidad coincido con aquéllo que leí en alguna parte describiendo a DÉJAME ENTRAR como "un cuento de hadas salvaje, oscuro y frío" con algún apunte social que vale la pena valorar en una obra como ésta. Porque la trama gira en torno a Oskar, un muchacho que es continuamente hostigado por algunos de sus compañeros de curso. Tal vez no sea extraño, en consecuencia, que su principal pasatiempo consista en coleccionar recortes periodísticos sobre asesinatos seriales y monstruosos. Sin duda, él anhela en cierta forma poder desquitarse de sus temidos victimarios, acabar en forma drástica con los padecimientos que le infligen.

Y un buen día conoce a su vecinita, Eli, más o menos de la misma edad que él. Solitaria y extraña, empezarán mal su relación, pero poco a poco eso irá cambiando. A fin de cuentas, de alguna manera sólo se tienen el uno al otro. Y así, inevitablemente, terminarán enamorados. Pero Eli no es lo que Oskar supone...

Ya al libro, aunque no me haya conformado del todo, había que reconocerle el mérito de abstenerse de los empalagosos excesos de la saga CREPÚSCULO, y si bien aquí la historia de amor entre Oskar y Eli destaca más que en su formato original, el literario, lo cierto es que en ningún momento la trama se pone edulcorada o aburrida. En cambio, lo apuntábamos arriba, gana en poesía al evitar toda la truculencia y el morbo que impregnaba la novela original. Y no porque se haya alterado radicalmente el argumento; se lo trata de diferente manera, y nada más.

DÉJAME ENTRAR, mesurada, con buen gusto y con actuaciones correctas, se erige así en uno de los mejores exponentes de la actual filmografía vampírica. Y por suerte, el público supo reconocerlo. Es que a veces, milagrosamente, se hace justicia...