Tras el enorme éxito de la obra anterior, en esta secuela se continúa la historia introduciendo a otro de los personajes más carismáticos de la saga: el gato con botas. Lo mejor es que lo dobla la misma persona que la versión original, el propio Antonio Banderas. Un gato con acento andaluz cuya mirada nos cautiva desde el principio. Sin duda, el personaje revelación y que años más tarde protagonizaría un spin-off.

Es cierto que la calidad de las películas de la saga va descendiendo con cada nueva, pero la presente es aún muy buena con momentos altamente divertidos. También es cierto que existe mayor número de personajes, de forma que se hacen también guiños a otros clásicos de los cuentos. Esa mezcla se introduce con acierto, puesto que supone un elemento atractivo tanto para pequeños como grandes.

Por otra parte existe un mayor número de canciones, aunque algunas de ellas no son realmente nuevas. Eso sí, la puesta en escena de esos tramos musicales está bien montada. En cuanto a la imagen, escenarios coloridos y una composición que demuestra los avances efectuados en el campo de la animación por ordenador.