Se trata de una película de artes marciales que va más allá de mostrar grandes coreografías, momentos de acción y luchas cuerpo a cuerpo visualmente impactantes.

Esta película le ofrece satisfacción al espectador desde tres flancos:

1ero.- Buena película de acción, donde Jet Li se luce, y enfrenta rivales de distintos estilos.

2do.- La película va más allá de lo que normalmente ofrece el género, es decir, más que espectáculos coreográficos, sangre y técnicas de pelea, va hacia lo que realmente hace trascendente a las artes marciales: la filosofía que encierra, su lado moral, su uso como medio de vida, basada en un buen puñado de enseñanzas que se transmiten de generación en generación. Es una historia que habla del aprendizaje, de las consecuencias de la violencia y la venganza, así como de la tolerancia y la paciencia (Sabiduría). No es la mejor película sobre estos temas, pero se nota claramente el mensaje y como espectador lo agradezco bastante.

3ero.- Se lanza un dardo directo a cómo la forma de vida occidental muchas veces intenta colarse por la puerta falsa en lugares donde la gente acostumbra vivir en paz con sus tradiciones y moral diferente, se muestra cómo la desunión de una sociedad puede contribuir también a ese oscurantismo; notable la secuencia final, donde más allá de las rivalidades históricas entre chinos y japoneses, se plasma el mensaje implícito de que ambos pueblos tienen más cosas en común que diferencias, como la valoración del Honor y la Dignidad.

En cuanto a lo que no me dejó satisfecho, están los personajes, en algunos momentos también las actuaciones y algunos movimientos de cámara.

La secuencia de cuando el protagonista trabaja la tierra junto a otros campesinos, encorvados y cansados, para luego erguirse y recibir la caricia del viento, es muy bonita.