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Spain Spain · Madrid
Koonery rating:
5
Drama A drama based on the autobiography by Li Cunxin. At the age of 11, Li was plucked from a poor Chinese village by Madame Mao's cultural delegates and taken to Beijing to study ballet. In 1979, during a cultural exchange to Texas, he fell in love with an American woman. Two years later, he managed to defect and went on to perform as a principal dancer for the Houston Ballet and as a principal artist with the Australian Ballet.
Language of the review:
  • es
December 16, 2010
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Basada en una historia real, "El último bailarín de Mao" recopila los momentos más destacables de la vida de Li Cunxin. Seleccionado por representantes de Mao Tse Tung, abandona su pueblo natal para estudiar ballet en Pekin, teniendo que abandonar a su familia. Su éxito le llevará a exhibir en el continente americano todo lo que ha aprendido. Pero Li conoce allí cosas que nunca hubiera podido imaginar, por lo que intenta no tener que regresar.

Siendo la historia narrada desde su estancia en Estados Unidos, los pasajes de su infancia se muestran mediante extensos flashbacks edulcorados por una repetitiva y predecible música oriental. Estos recuerdos, en los que se alaba exageradamente la figura del líder comunista, suponen una crítica que evidencia las carencias que China sufrió bajo su mandato. Pero es el la embajada donde aparece su peor imagen, llegando a ser considerado como un criminal que no respeta el derecho internacional.

Los números de baile son cuantitativamente moderados, si tenemos en cuenta el argumento. Estas secuencias hacen disfrutar a los amantes del ballet, pero sin dar tiempo a aburrir a quienes no les gusta este arte. Tampoco se regodean en piruetas rocambolescas e imposibles, siendo un espectáculo básico pero creíble.

Si bien el ritmo de la película es desigual, el desenlace es uno de los puntos más débiles que tiene. Buscando una emotividad que no se consigue, pierde a su vez todo el carisma que ya había obtenido. Además de previsible, no sostiene toda la protesta política en la que tanto se ha insistido durante este filme. Y si hay algo imperdonable, tanto en la danza como en el cine, es la falta de coordinación que hace perder el equilibrio en el peor de los momentos.
Koonery
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