Éste atleta norteamericano del que trata ésta impresionante historia empezó siendo un niño algo problemático y con un futuro incierto. Hasta que empezó a correr. Ahí vieron el potencial que tenía el chico corriendo, gracias en parte a los niños que le querían pegar y al policía de barrio que le pillaba como 2 veces al día. Fue así como empezó corriendo, para terminar como atleta olímpico, sin llegar eso sí, a correr donde él quería, en los JJOO de Tokyo. Por supuesto, primero porque se cancelaron, y segundo porque ahora su país estaba en guerra con ese otro, Japón. Por ello entró a filas, siendo un soldado más. Hasta que su avión cayó al mar y él junto a dos compañeros acabaron naufragando en una balsa inflable del ejército. Y a partir de aquí empezó su odisea.