Alan Turing era un genio que no fué recompensado debidamente por lo que hizo, en parte porque lo que hizo no podía salir a la luz (en parte). Pero creo que para Alan, su mejor recompensa era saber que gracias a su invento y mucho, mucho tiempo trabajado, se salvaron cientos de miles de vidas, quizá millones. Cuando nadie creía en él, como siempre (parece ser), su confianza en sí mismo y determinación, lograron lo que nadie era capaz siquiera de imaginar: fabricar una máquina reprogramable, que tras un primer cifrado, ella sola se autoconfigurase para descifrar el siguiente mensaje cifrado. La que quizás fuera la primera computadora "inteligente".

Me gusta que salgan de vez en cuando películas dedicadas a esas personas que de alguna manera, aportaron su granito de arena para mejorar el mundo. Sino fuera por películas como ésta, esas personas pasarían al olvido para siempre, porque lo cierto es que a la mayoría de las personas les importa un pimiento el por qué pasó ésto o lo otro, que lo único que les importa es su presente. Hoy día cualquiera tiene a un paso de teclado el saber cualquier acontecimiento medianamente importante, pero probablemente prefieran ver los videos más virales de youtube, meterse en las redes sociales o ver porno. Yo también me entretengo con gilipolleces que en nada me enriquecen la mente, pero también me intereso por saber más acerca de nuestro pasado. Tiempo hay para todo.