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Francisco Javier Millan rating:
9
Drama. Romance How much does Fúsi weigh? Twenty-four stone? More? No one can say, not even Fúsi (Gunnar Jónsson) himself. Because ultimately the 43-year-old is sleepwalking through life. His work as an airport baggage handler does not exactly stretch him and he has never had a girlfriend. The only thing that really interests him are World War II battles, which he painstakingly reconstructs using small model tanks and soldiers at home, in his mother's ... [+]
Language of the review:
  • es
June 3, 2016
16 of 17 users found this review helpful
Más de 1000 kilómetros separan a Islandia del continente europeo. Un país modélico en muchos aspectos, cuyo clima y horas de luz, provocan que sus habitantes vivan de puertas para dentro, generando en muchos casos la aparición de seres inadaptados.
A veces la distancia es relativa y no realmente física. Hay gente en la sociedad actual a la que le es imposible seguir el ritmo de los demás, una velocidad que marca unos tiempos para perder la virginidad, encontrar pareja y crear una familia.
Fúsi, el protagonista de esta historia, es un hombre obeso que vive con su madre, y el novio de ésta, mientras pasa los días trabajando en el aeropuerto y con su afición principal: las maquetas de hazañas bélicas.
El film presenta, con una naturalidad enorme, el devenir de este ser de gran corazón, cuya vida interior es mucho más rica que la que pueden tener los que le rodean. Sus compañeros se burlan de él en el trabajo, y su entorno familiar tampoco es favorable para un hombre de su edad y condición.
La interpretación de Gunnar Jónsson es magistral, valedora de dos premios en Tribeca y Valladolid respectivamente. El actor hace gala, dentro de su contención, de todo un ejercicio que provoca en el espectador un alto grado de compasión. Con solo unos poco elementos, escenarios y situaciones, la historia consigue conmover en varios niveles a lo largo del metraje. Es un film que va directamente al corazón, dejando aflorar un sinfín de sentimientos propios del alma humana.
La relación que se crea entre el protagonista y su compañera de baile, nos hace rememorar a un tipo de cine como el de Mike Leigh o Ken Loach, pero sin el componente social y militante de este último. Y, aunque todo parece discurrir de una manera típica, los giros argumentales, sobre todo en su tramo final, no dejarán indiferente a los que se dejen atrapar por esta sencilla y gran historia.
Cine artesanal, sosegado e intimista, a la vez que cercano. Todos en menor o mayor medida hemos sido Fúsi, encerrados en nuestros entornos familiares y laborales. Y de nosotros depende tomar ese avión que nos hará descubrir lo que es realmente el mundo que tenemos fuera.
No me equivoco al afirmar que nos encontramos ante una de las pocas películas que verdaderamente merecen la pena de este apático año. Sobresaliente e inesperada sorpresa.
Francisco Javier Millan
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