Ken Park empieza bien: un chico pasea con su skate por la calle hasta llegar a un parque con otros skaters y se suicida. ¿Por qué? Pues supongo que por que no soportaba la idea de ser padre a tan temprana edad, con un empleo y sueldo de mierda y con (parece ser) una nula vida social. Pero a parte de eso ¿qué más podemos encontrarnos? Nada. Sí, va en serio, no hay nada interesante ni reaccionario en esta película (si es que se le puede llamar así).

Vale, algunas personas nos podremos haber sentido identificadas con ciertas situaciones. Sí, que le vamos a hacer, el mundo es una puta mierda, cruel, despiadado y nos encontramos en el centro de la ambigüedad absoluta, ya que sabemos que hay personas que lo sufren y que se encuentran más cerca de lo que podríamos imaginarnos, pero sin embargo nos hacen falta esta clase de porquerías para ser conscientes de ello. Pero vamos en serio ¿alguien cree realmente que un solo grupo de amigos le puede ocurrir todo esto y que lo asimilen como si fuese un desayuno? Sin contar, además, todas las escenas de sexo explícito que se encuentran en la cinta. No, Clark tío, no era necesario ver como un criajo se masturba provocándose una auto-asfixia erótica, ni tampoco como un padre obliga a su hija a casarse con él después de que este la descubra dominando a su pareja, ni como una ama de casa se corre en la boca de un adolescente que parece que sigue llevando pañales.

Pero bueno, al menos Clark consiguió lo que buscaba, que se hablara de él y crear una expectación absurda entorno a una historia más absurda aún. Nada recomendada.