Todo correcto, pero al compararlo con el videojuego no hay color.

Danganronpa es un buen anime, con una animación muy notable y una historia -la del primer videojuego- fascinante. Seiji Kishi respeta y casi homenajea a los creadores de uno de los juegos más notables que ha dado el mundo de las visual novel -aunque no era una visual novel pura precisamente-. La personalidad de los personajes bajo fuertes estereotipos queda reflejada en un anime que no necesita complicarse para funcionar.

El único problema es el ritmo, un ritmo criminal que hace que capítulos de varias horas de duración del juego figuren aquí en menos de 20 minutos. Seguir el hilo de los casos es imposible a menos que hayas jugado al juego. Es ahí donde uno se da cuenta de lo bien pensados y lo bien ejecutados que están cada una de las partes que comporten el fenomenal juego. En el anime no hay tiempo para la reflexión, y no hay tiempo para asimilar tanto dato.

Por ello, Danganronpa para alguien que no haya jugado al juego quedará demasiado tapado. Para alguien que lo haya jugado en cambio quedará demasiado atropellado. Sin embargo, puede ser recomendable para, por ejemplo, refrescar la memoria del primer Danganronpa antes de meterte con el segundo y evitar así volverte a tragar las 30 horas de juego pertinentes.