Una parte indispensable del cine de los años 80 que bien podría servir por sí sola para recordar toda una década. Ivan Reitman nos presenta a estos "bomberos" apaga fenómenos paranormales desde el punto de vista del humor y de la comercialidad. Los Cazafantasmas puede apoyarse en una base bien simple y bien podría catalogarse como una película familiar. Bajo su desarrollo casi de película de dibujos animados nos encontramos con una película ante todo divertida ideada por Dan Aykroyd, Rick Moranis y Harold Ramis que se escudan en un reparto que por aquel entonces era resultón pero que a día de hoy es incluso especialmente carismático.

Los Cazafantasmas forman ya parte de la historia cinematográfica contemporánea con su pegadiza canción de Ray Parker Jr. Si bien es cierto que todavía era pronto como para que los efectos envejecieran bien tenemos los enormes coqueteos con la ficción digital que no tardaría en imponerse. Es una versión muy cruda de los mismos, con unos juegos digitales todavía por mejorar, pero se les perdona.

La película está lejos de ser perfecta. No me hubiera molestado haber disfrutado una película compuesta por pequeños trabajos de Los Cazafantasmas, y es que su parte final no me convenció. Los primeros 40 minutos son los verdaderamente divertidos, de notable alto, pero desde ahí la cosa se va volviendo demasiado común en cuanto a estructura de película fantástica ochentera.

Los Cazafantasmas acabaron siendo héroes populares en la ficción y en la realidad, formando junto a otras grandes sagas en la primera fila del escuadrón de batalla de los años 80. Dieron un significado a palabras como ectoplasma y nos acercamos un poco más al futuro con esos cachibaches electrónicos cargados de lucecitas. Spielberg liberaba a sus Poltergeist con ayuda de Hooper, pero dos años después los Cazafantasmas llegaban para convertir todos nuestros miedos en risas.