Se nos presenta un prólogo sobre el papel decisivo de la energía en nuestro mundo y el modo en que ésta es extraída y utilizada. Llama la atención que la película fuera producida en 1980, al fin de la década de los 70, justo cuando se empezaba a tomar conciencia de los efectos nocivos de la acción humana sobre el planeta muy bien representado por el famoso "Informe sobre los límites del desarrollo" de Donella Meadows de 1972. Todo esto dio lugar al nacimiento de los partidos verdes y la conciencia ecológica. El momento para reivindicar la figura de Tesla era el adecuado, no obstante parece que el impacto de este empeño fue más bien escaso. Aún con todo su figura debe seguir siendo un referente en nuestros días, cuando urge encontrar soluciones a nuestro irracional modelo económico. Sea como fuere, continuando con la exposición de la estructura de la obra en base al modelo de la tragedia.

Una vez superado el prólogo se nos muestra al descubridor en los momentos previos a su muerte (que aconteció en 1943), cuando su ocaso y declinar ya son manifiestos. Éste sería el presente que a continuación empieza a ser enlazado con el pasado. Y es aquí cuando viene la parte central de la obra en la que siempre intervienen dos o tres personajes en escena, a lo sumo cuatro (igual a la tragedia). El objetivo será explicar las razones de la caída de Tesla, de su condena al ostracismo por parte de la comunidad científica y la opinión pública. El protagonista, en sus diálogos con los diferentes protagonistas (que serían en cierto sentido el coro, porque aquí todo gira en torno a Tesla) irá dando una exposición de sus visiones e ideas filosóficas, morales, científicas sobre todo, etc. El personaje se definirá frente a los demás: su agria relación con el envidioso y manipulador Edison, celoso de conservar su ascendiente en la sociedad americana; con el codicioso Morgan, interesado tan sólo en el dinero; con los filántropos Catherine y Johnson, casi tan ingénuos como el propio Tesla en lo referente a sus ideales; etc.). Al final aparecerá Tesla en su habitación, sólo, esclavo de su propia impotencia. El espectador comprueba que Tesla es un hombre atemporal cuyo castigo es producto de ese no tener sitio en el tiempo, de mostrar unas ideas tan revolucionarias que rompían los rígidos corsés en que se hallaba sumido el mundo por aquel entonces y aún ahora. En sí podemos decir que su castigo fue su desafío abierto contra un mundo donde primaban unos intereses muy diferentes a los del mero altruismo y la ciencia por el bien de la humanidad. Así pues se puede considerar que la estructura de la obra es impecable.