Resulta difícil quedarse con algo positivo tras el visionado de la película. La historia, por la aureola de mitificación de Jobs generada tras su fallecimiento, resulta de partida atractiva. El arranque ofrece lo previsible, los difíciles comienzos del "hombre hecho a si mismo" que se nos presenta como un Leonardo Da Vinci del S XX. Un paranoico, un genio, un incomprendido, un visionario. Un ser al que perdonar todo. Alrededor de esa figura mesiánica pululan el resto de personajes como jarrones chinos que viven por y para el Señor. Así las cosas, el planteamiento parece exagerado y poco o nada creíble. Por muy genio que fuera Jobs, - nadie duda de su iniciativa/inventiva - presentarlo cual Jesús resucitador de muertos diluye la poca solidez de la película. Para ejemplo ver como los empleados de la empresa reaccionan como si hubiesen visto un fantasma cada vez que el protagonista se pasea por las instalaciones de Silicon Valley. Y el personaje tampoco se presenta como un ángel, pero da igual, todo se le perdona.

Al final, uno se queda con la sensación de haber gastado dos horas de su vida viendo un vídeo promocional de Apple hecho por y para sus empleados.

La interpretación de Archer, Arkner, Arser... (lo dejo) es rayana en la sobreactuación. Sobre todo cuando trata de imitar la forma de andar que tenía el fundador de Apple. No convence.

En fin, mejor perder el tiempo en otras cosas.