Nunca he entendido el éxito de Charles Bronson (su mejor aportación al mundo del espectáculo pasa por Hasta que llegó su hora y un chiste de Los Simpson: un pueblo donde todo el mundo tiene la cara de Bronson).
Él, J. Lee Thompson (respetadísimo director) se suman a Kim Novak, Warden, Carradine y sobretodo Sampson para regalarnos una cinta extremadamente rara.

El final de la cinta es lo mejor de la película pero por en medio la pierda mantiene un ritmo irregular y Bronson ni aparece creíble, ni soporta el peso de la película. A su vez, la película une muchos elementos que la hacen muy llamativa (como Hickok o sobretodo Caballo Loco, más un racista y un búfalo blanco) y todo esto podría un resultado tan bizarro como atractivo. Pero lo que podría haber sido no es y solo se queda en bizarro.

A destacar otro nombre de relevancia que trabaja en la película: John Barry (pero hace un trabajo un pelín discreto) y aprovecho para defender unos efectos que si bien no han envejecido demasiado bien son dignos para la época (sí, hablo del búfalo acartonado blanco); en cualquier caso, una película producida por Dino de Laurentis no aspira normalmente a más de lo que vemos aquí en pantalla.

Indicado para aquellos amigos de lo bizarro.