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psicobiris rating:
2
Fantasy. Adventure. Action When we last left Bilbo (Martin Freeman) and Thorin's (Richard Armitage) company, they had just retaken Erebor from the dragon Smaug, but at a terrible cost as the dragon headed towards Laketown to take his revenge. While Bard (Luke Evans) is faced with defeating the dragon to save his home, Bilbo and the dwarves are forced to look for the Arkenstone on command of a power-hungry Thorin, whose gold sickness gets worse by the hour. As the ... [+]
Language of the review:
  • es
May 5, 2015
6 of 7 users found this review helpful
Ahora lo entiendo. Con la primera y la segunda entregas no fui capaz de darme cuenta, pero en esta tercera película el bueno de Peter nos muestra definitivamente sus cartas y todo cobra sentido: El hobbit es un película de esas para toda la familia de mucho reir sin más. Es la "Scary Movie" de las pelis de El Señor de los Anillos, y en su género resulta una película soberbia.

Me gustaron especialmente los gags parodia de otras pelis: ese momento con Elrond, Saruman y Galadriel de artes marciales al estilo Los Vengadores, o ese momento de Légolas en el que Peter Jackson va un paso más allá y se auto parodia haciéndole volar colgado de un ave mu rara tal y como vimos hacer a los protas de su particular visión de King Kong. Un acierto total.

La inclusión de un personaje irritante que sólo hace el ridículo y no aporta nada a la peli nos da momentos dignos del mejor Adam Sandler. Siempre es gracioso y te sonries cada vez que habla, hace pasar muy buenos ratos, y cuando sale travestido me hizo mucho de reir.

El detalle de los terribles trolls atacando pero sufriendo infartos al corazón en cuanto reciben un flechazo es, una vez más, un gran acierto que busca la complicidad y las risas de los espectadores. No me gustó que en ningún momento ningún orco o ningún troll salga guiñando un ojo a cámara antes de morir de uno de esos infartos o una pedrada lanzada por nuestro pequeño David frente a los Goliaths de la vida; es un recurso que suele hacer mucho de reir pero se conoce que Peter no quiso caer en lugares comunes. Aquí no sé si decirle que acertó o una darle pequeña (mini) regañina.

Bueno, regañina por esto y por no haber usado tampoco el recurso de las risas enlatadas, que hubiera estado excelente para muchos momentos como por ejemplo cuando Bardo usa a su hijo de ballesta humana contra Smaug o cuando llegan los enanos y echan unos vaciles a los elfos realmente divertidos e inolvidables. Otros momentos que hubieran ganado mucho con risas enlatadas son cuando los orcos salen catapultados de debajo del hielo o cuando Legolas cabalga un troll a modo rodeo, pero bueno, aún así también te ríes mucho y te lo pasas muy bien con esas escenas.

Pero no acaba ahí, constantemente sigue habiendo guiños a grandes como Buster Keaton y a veces flirtea con la tragicomedia, como cuando Bardo hace el jack-ass con un carro cuesta abajo y su familia se libra de ser atropellada por los pelos, eso fue de mucha emoción y expectación, se me saltaron las lágrimas.

Aunque todos sabemos que hay una escena que es la que realmente engrandece esta película, y es cuando Légolas (sí, de nuevo Légolas, y es que Peter Jackson mantiene intacta su virtud de sorprender constantemente a los espectadores y en su tercera película sobre El Hobbit los grandes protagonistas son Bardo, Thorin y Légolas, nuestro pequeño amigo, (ya sabemos que los hobbits son discretos) prefiere ceder el protagonismo, porque es muy buena gente; una vez más Peter consigue sorprenderme de manera genial).

Decía que la mayoría de espectadores coincidimos en que hay una escena realmente admirable, protagonizada por Légolas, donde al más puro estilo Súper Mario va saltando de bloque de piedra en bloque de piedra. Esta magnífica escena está rodada con una increíble verosimilitud y savoir-faire cinematográfico, siendo tremendamente creíble (me gustaría reconocer desde aquí el gran trabajo del doble de acción de Légolas). He de admitir que en este momento tuve que pausar la película porque no podía parar de reír a carcajadas. Esta escena la atesoraré siempre en mi imaginario junto a otros grandes momentos del cine de humor como la insensata persecución de "Tienda de Locos" de los hermanos Marx o la casa esquiadora de "La Quimera del Oro" de Charles Chaplin.

Visto el gran trabajo realizado por el visionario director preséntole desde aquí mis respetos. Chapó, sr. Jackson, chapó.

Lo dicho.

Una puta mierda.
psicobiris
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