Se trata de una obra fabulosa en todos los sentidos, a la vez que sórdida y macabra hasta el extremo; y eso que sólo nos presenta un esbozo de la realidad, lo cual la hace todavía más sobrecogedora. La atmósfera que envuelve al film es desasosiego puro, y a ritmo de golpes nos cautiva y nos castiga.

Las actuaciones no podrían ser mejores; lo de Ellen Page empieza a ser costumbre, pues su valía como actriz ya ha sido demostrada con creces en muy diferentes batallas, pero es que Catherine Keener (Gertrude) no se queda atrás, dándole un toque diabólico a su personaje, digno del mismísimo diablo.

El mensaje de la película es potente e inquietante; porque el miedo puede llevar al hombre a hacer cosas inimaginables, tal es así, que termina perdiendo su humanidad.
Muy recomendable, diría que incluso imprescindible para los cinéfilos; pero cuidado, no es apta para todos los estómagos... les puede causar una indigestión.