Comedia típica de Hollywood, apta para un público poco exigente dispuesto a soltar alguna que otra carcajada y a sonreír en varios pasajes, pero sin esperar a quedarse realmente con algo que valga la pena conservar.
Apela básicamente a tres tips: la amistad, la pareja y la superación de conflictos internos desconocidos, los cuales serán puestos de frente a sus propios propietarios a partir de este “cambio corporal”. Los momentos reflexivos de estos puntos son débiles y abarcados deficientemente, aunque no por eso dejan de ser medianamente cómicos.
Si bien miles de filmes han tratado ya todo lo que se puede percibir en “The change-up”, no han sido tantos lo que han tomado esta manera (me refiero a la manera “cambio corporal”) y, sumado al hecho de que está protagonizada por dos excelentes actores, podemos concederle una calificación de regular a pasable, al menos por la actuaciones ofrecidas (posiblemente hubiese sido desastrosa con otros actores).
Desde la escritura y lo narrativo, estamos en presencia de un estilo marcadamente clásico. En algunos pequeños pasajes, sobre aquellos iniciales que involucran a los bebés, se realiza una puesta en evidencia del efecto de animación para proponer -supongo- un efecto cómico que no sería posible de una forma más natural. Al margen de estos pasajes, los demás se muestran ampliamente naturalistas desde su representación fílmica.
Un film ideal para ver cuando no es posible, físicamente, hacer alguna otra cosa y donde la elección tampoco está al alcance de nuestras manos… un viaje de larga distancia en micro le sienta bien.