Iban pasando los minutos pesados de este amasijo chileno y cada vez me hacía a la idea de que era una especie de comercial de algo: una pareja que recuerda "algo" y que decide recopilar en sus retinas las miradas del pasado, del amor que tal vez tuvieron. Pero si lo que tuvieron iba a ser "ahora" supongo que fue mejor que esa historia no se hubiese dado.
Una vez más el cine chileno con sus historias de amor pretendidamente originales pero carentes de una visión mucho más ambiciosa y, por lo menos, siniestra de lo que somos; ya lo había atestiguado con En la cama, ahora vuelve a pasar el desengaño. Seguiré esperando la película chilena de amor que por fin hable de amor.