No podía dejar de imaginarme a José Luis Moreno viendo la película y retorciéndose en su asiento, pues el atraco que sufrió en su casa debió de ser muy parecido al que refleja "Secuestrados".

Dos elementos llaman la atención poderosamente en el film: los actores (magistrales los tres protagonistas) y la realización, que, al servicio de la historia, consigue que parezca todo inmediato y real.

Por lo demás, una película no apta para los que pasan miedo cuando se quedan solos en casa ni para los que esperan siempre un final feliz.