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Paco Ortega rating:
8
Thriller. Mystery Leonard (Guy Pearce) is an insurance investigator whose memory has been damaged following a head injury he sustained after intervening on his wife's murder. His quality of life has been severely hampered after this event, and he can now only live a comprehendable life by tattooing notes on himself and taking pictures of things with a Polaroid camera. The movie is told in forward flashes of events that are to come that compensate for his ... [+]
Language of the review:
  • es
January 16, 2009
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Es una película interesante, que mezcla de manera adecuada la peripecia del protagonista – la pérdida de la memoria reciente-, con el propio procedimiento narrativo. Esto es: la trama argumental está contada inversamente a la cronología de los hechos, y todos, tanto los espectadores como el personaje, debemos reconstruirlos como si piezas de un puzzle se tratara.

Recuerdo ahora unas escenas escritas por Sanchis Sinisterra que llamó “Otaler” (“Relato”, al revés) y que formaban parte de un texto teatral fragmentado llamado “Pervertimento”. Allí se nos contaba una misma historia de cuatro maneras diferentes, según la perspectiva de cada uno de sus personajes, y siguiendo tiempos cronológicos diversos. Algo de esto ocurre aquí, y el resultado tiene la virtud de que, además de pedirle al espectador una cierta participación intelectual –algo bastante infrecuente, por desgracia-, el conjunto es interesante y atrapa nuestra atención hasta el último momento.

El actor británico, de origen neozelandés, Guy Pearce está razonablemente bien, componiendo un personaje creíble, no exento de glamour y de atractivo físico. La dirección del joven director Cristopher Nolan, es buena, tal vez en la misma medida que lo fue en “Insominio”, protagonizada por Al Pacino. En ambas se percibe esa actitud de investigación y de romper ciertos moldes que marcaron su etapa como realizador de cortos en Inglaterra. Tal vez las próximas entregas tengan una factura superior.

Cuando nos encontramos ante este tipo de fenómenos hay quién tiene argumentos para esgrimir su necesidad. Sin duda, la historia que se nos cuenta estaría mejor contada de una forma más convencional. Sin embargo, la actitud contraria es para mí la correcta: hay que investigar, no sólo desde la marginalidad. La industria debe ser también un territorio para lo nuevo, y el argumento, siendo importante, no es lo único, ni tal vez lo esencial, en el lenguaje del cine.
Paco Ortega
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