Cada vez que tecleamos podemos literalmente abrir y cerrar mundos, una peli que muestra un retrato actual de nuestros sentimientos virtuales identificado y reconocido por aquellos que nos hemos enredado en las redes. La sumisión digital que tiene secuestrado a nuestro cerebro en una obsesión insana es representada por una actuación tan creíble como las mismas miradas y gestos de la Binoche.